30 jun 2011

SALUD CALENDULA

Conocí a Bayo en un inolvidable viaje al chaco Chuquisaqueño, camino a Tentayape, formaba parte de un colectivo cultural, el colectivo Katari.


Bayo, era un niño al que el viaje largo le ocasionaba trastornos e indisposiciones, un niño que sufría las consecuencias de comer en el camino, dormir en el camino y armar las cosas en medio de la noche profunda, hacer una función, y luego desarmar todo para iniciar el viaje nuevamente para ir a otra comunidad dejada en el olvido.


De eso ya hace años, experiencias de vida que uno suele recibir como una bendición que nos permite ver y crecer bajo una perspectiva de la realidad única y conmovedora. Quizás en ese momento ese niño no entendía aún que estaba allí germinando una semilla que años después se transformaría en una llama creadora.


Bayo ahora, tiene voz grave, su altura me hace pensar que necesitará más de un buen par de metros de tela para cubrir el retablo , tiene un dominio estético para la realización que es envidiable, y además se lanza solista, que no es lo mismo que decir solo, interpretar que un trabajo solista requiere de una sola persona siempre fue un error de vanidosos, para decirlo de otro modo: Bayo arriesga ahora a exponerse en solitario, pero siempre apoyado por la mano de contención llamada colectivo Katari.


La experiencia acumulada en tantos años con el trabajo de Carmen y el apoyo que seguirá recibiendo de todo el equipo de Elwaky, es prueba de que el desarrollo en los títeres de Bayo será un éxito que transformará al colectivo katari y al colectivo de los títeres en Bolivia, esperamos con ansias poder disfrutar su trabajo y compartir experiencias y sueños.


A ver cuándo lo tenemos por Sucre, eso sí, antes de venir se prepara un buen chicharrón con mote pa’ traerlo y compartir.

¡Salud Bayo!, ¡salud Caléndula!


Juan Rodriguez

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