EL ETERNO OFICIO DE VIVIR Y REBELARSE
Por: Aliya Ellenby - Alexia Loredo
Colectivo Katari
Es muy alentador ver un trabajo de esa calidad hecho para calle: creativo y minucioso en cuanto a propuesta corporal, puesta en escena, y conexión con el público mediante imágenes. La música en vivo, el texto e imagen se complementan y fluyen con una precisión muy bella de ver. Hay variación constante en la expresión, hay ritmo.
Tras una introducción musical, se hace otra introducción visual que inicia la presentación en sí y plantea muy claramente la propuesta temática de los oficios. Aunque ninguno de los personajes (de los ficticios) se queda con el oficio de actor, la fluida comunicación del elenco con el público demuestra que hay quienes sí se lo toman en serio.
Los dramas sociales son representados casi esquemáticamente pero libres de clichés: una pareja que se enfrenta al desempleo, un obrero que -después de la odisea de conseguir trabajo- es explotado, develando al rebelarse que su patrona era acosada (oprimida, a su vez) por “el más jefe”.
Usan un recurso innovador: la inversión de papeles en las voces (un hombre hace la voz de mujer y al revés); y otro poco común: la música en vivo.
La única crítica posible: haber agotado los recursos en la parte musical de convocatoria, que se sintió un poco larga.
Esperamos que la obra tenga todavía un largo recorrido. Implica ya un gran riesgo y compromiso hacer una obra para calle, pues si al público no le gusta, simplemente se va (situación poco cómoda en sala). Esta, en cambio, logra retomar un espacio público y cambiarlo, cargarlo, con el público como testigo curioso que disfruta este proceso hasta el final. Genial cierre para el festival: callejero, profundo y de alta calidad.
Por: Aliya Ellenby - Alexia Loredo
Colectivo Katari
Es muy alentador ver un trabajo de esa calidad hecho para calle: creativo y minucioso en cuanto a propuesta corporal, puesta en escena, y conexión con el público mediante imágenes. La música en vivo, el texto e imagen se complementan y fluyen con una precisión muy bella de ver. Hay variación constante en la expresión, hay ritmo.
Tras una introducción musical, se hace otra introducción visual que inicia la presentación en sí y plantea muy claramente la propuesta temática de los oficios. Aunque ninguno de los personajes (de los ficticios) se queda con el oficio de actor, la fluida comunicación del elenco con el público demuestra que hay quienes sí se lo toman en serio.
Los dramas sociales son representados casi esquemáticamente pero libres de clichés: una pareja que se enfrenta al desempleo, un obrero que -después de la odisea de conseguir trabajo- es explotado, develando al rebelarse que su patrona era acosada (oprimida, a su vez) por “el más jefe”.
Usan un recurso innovador: la inversión de papeles en las voces (un hombre hace la voz de mujer y al revés); y otro poco común: la música en vivo.
La única crítica posible: haber agotado los recursos en la parte musical de convocatoria, que se sintió un poco larga.
Esperamos que la obra tenga todavía un largo recorrido. Implica ya un gran riesgo y compromiso hacer una obra para calle, pues si al público no le gusta, simplemente se va (situación poco cómoda en sala). Esta, en cambio, logra retomar un espacio público y cambiarlo, cargarlo, con el público como testigo curioso que disfruta este proceso hasta el final. Genial cierre para el festival: callejero, profundo y de alta calidad.
1 comentario:
bonjour, je viens de découvrir votre blog
voici le mien: http://sakatou.blogspot.com/
ua plaisir de vous lire,
Didou
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